sábado, 29 de julio de 2017

El cine en la escuela. La alfombra roja que conduce a un sentido crítico de la vida



La Academia de Cine ha planteado al Gobierno un proyecto para facilitar la integración del séptimo arte en la escuela. Conocer los secretos de la creación cinematográfica es un camino para formar la agudeza visual, emocional y social, así como para lograr un sentido crítico de la vida.



¿Es posible eliminar la enseñanza de la lengua, la literatura y la oratoria de las aulas de los colegios, institutos y universidades? No, ¿verdad? Sería una auténtica aberración que afectaría de manera inequívoca a la formación de nuestros hijos. Serían privados de unas herramientas imprescindibles para sobrevivir y comunicarse con otras personas de nuestra sociedad. Entender la realidad que nos rodea es tarea de todos desde el momento en que nacemos. Esta aprehensión del entorno se nos enseña en el seno de nuestra familia y en los colegios. Primero, con el aprendizaje del alfabeto para construir palabras que formarán frases con las que comunicarnos. Pero la alfabetización literaria en la educación integral de la persona es parcial si no camina de la mano de la alfabetización audiovisual. Una enseñanza crucial para la comprensión de los contenidos en forma de imágenes que los jóvenes reciben en mayor medida que las informaciones que les llegan vía oral o a través de la lectura. Estamos sometidos a un constante bombardeo mediático de mensajes audiovisuales. Por ello, solo una correcta alfabetización audiovisual permitirá descifrar y desentrañar nuestra realidad.

A pesar de las innovaciones y de las nuevas tecnologías (que han puesto en las manos de la juventud la capacidad de convertirse no solo en consumidores sino también en generadores de contenidos), el cine, como infinito muestrario de historias, sigue siendo clave para entender el lenguaje propio de las imágenes acompañadas de sonido. La comprensión de los códigos propios del cine es una herramienta más que necesaria para formar la agudeza visual, emocional y social. Aprender a ver cine, alcanzar los secretos de su creación, es un camino para lograr un sentido crítico de la vida. En la actualidad, la narración es audiovisual y, por ello, es indispensable trasladarla a las aulas.

El cine en la escuela

En este sentido, la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España, en colaboración con el mundo educativo, ha planteado al Gobierno una serie de medidas para facilitar la integración del séptimo arte en las escuelas. Entre ellas, se encuentra la confección de una lista de treinta títulos imprescindibles del cine español que los estudiantes deberían conocer. Una iniciativa que considero extremadamente acertada. Las partes implicadas, tanto las del cine como las de la educación, deberíamos trabajar de forma conjunta para hacerlas realidad, aunque ya existen proyectos aislados que persiguen mejorar esta situación. Un ejemplo de ello es AulaCorto, un portal web de contenidos audiovisuales donde educar a través del cortometraje. Se trata de una herramienta de trabajo destinada a colegios e institutos públicos, privados y concertadosAulaCorto es una clara muestra de que, si se quiere, se puede. Un acuerdo fruto de la colaboración entre distintas entidades, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y asociaciones de cine, entre las que se encuentra la Plataforma de Nuevos Realizadores, a la cual pertenezco.

En el año 2008, el Parlamento Europeo reivindicó la existencia de una asignatura obligatoria de educación en comunicación audiovisual para todos los niveles, pero en España se hizo oídos sordos. Vamos con retraso con respecto a otros países de nuestro entorno, pero nunca es tarde si la dicha es buena. Creo, y así me lo han hecho saber algunos de los responsables de debatir estas propuestas en la Academia de Cine, que es un tiempo propicio para llegar a acuerdos en dicha materia. No digo que sea fácil. Hay ejemplos clamorosos que ponen de relieve la falta de entendimiento entre los partidos políticos para, por ejemplo, alcanzar el tan anhelado Pacto de Estado por la Educación. Pero podemos avanzar paso a paso y el acuerdo de la enseñanza cinematográfica puede ser el primero. Decía que podía ser un momento excelente, porque hoy confluye el interés de varias partes en revertir esta situación. La actitud positiva del actual ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, facilita la comunicación con el Gobierno, que pretende incluir materias curriculares relacionadas con la cinematografía en los distintos niveles educativos, en el marco del Plan Cultura 2020.

Cine, riqueza cultural, patrimonial e histórica

Otra parte activa son los propios profesionales de este ámbito representados en la Academia de Cine. Los nuevos aires que corren en esta institución, liderados por su presidenta, Yvonne Blake, y su brazo ejecutor, el director general, Joan Álvarez, evidencian las ganas de mejorar la situación del cine, la de sus espectadores, así como la de formar un público crítico -desde las edades más tempranas- que disfrute con el arte patrio. Por ello, no solo se les debe enseñar a ver, a interpretar y a hacer cine, sino también mostrarles la riqueza cultural, patrimonial e histórica que alberga, encarnado en genios tan relevantes e internacionales como los directores Luis García BerlangaLuis BuñuelCarlos Saura o el actor Antonio Banderas -recién nombrado Premio Nacional de Cinematografía 2017-.

Sin duda, se trata de una labor complicada en la que también hay que instruir a los docentes que vayan a impartir estas materias, concienciar de la necesidad de retribuir a los autores de las películas, explicar qué son los derechos de propiedad intelectual, así como advertir de las consecuencias negativas de la piratería.

Este afán por la educación y el cine tendría el objetivo de formar ciudadanos críticos, capaces de saber interpretar las imágenes que están viendo. Solo así podremos ser rigurosos en la comunicación, enriqueciendo nuestros mensajes. En definitiva, lograr una sociedad más libre.


Artículo publicado en El Debate de hoy. Puedes leerlo aquí.

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