Cumple
treinta años. El Cine Doré de Madrid, que depende de la Filmoteca Española, se
ha convertido en un referente cultural indudable de la cinematografía en la
capital de nuestro país. Con el paso de los años, ha conseguido abrirse un
hueco dentro del inmenso panorama de ocio y arte que ofrece esta ciudad. Los
amantes del cine lo tenemos claro, es el templo de la cinefilia. Un lugar de
encuentro y un espacio de conservación de nuestra memoria histórica a través de
imágenes en movimiento. El edificio, que alberga esta sala de exhibición, se
construyó en 1912 con el nombre de Salón Doré. Durante décadas, se utilizó como
un espacio multiusos aunque ya se hacían proyecciones cinematográficas. Me recuerda
a los orígenes del cine donde el séptimo arte se aproximaba más al mundo del
espectáculo y viajaba en barracas. Fue a principios de los años veinte cuando
se convierte en Cine Doré con una programación estable aunque, posteriormente,
vivió un periodo de decadencia. Por aquel entonces es conocido por los
espectadores como “El Palacio de las Pipas”.
Tras
una larga historia, donde estuvo a punto de desaparecer, el Ayuntamiento de
Madrid lo cede a la Filmoteca Española como sala de proyección periódica. De
esta manera, y tras una intensa reforma, se inaugura el 1 de marzo de 1989. En
la actualidad, goza de una actividad cultural frenética ofreciendo ciclos de
cine muy variados, presentaciones y coloquios.
Y
es ahora, durante el mes de marzo -como hace treinta años-, cuando Soria llega
a esta mítica sala para presentar su Certamen Internacional de Cortos. El
próximo 19 de marzo se celebrará una importante cita en el Cine Doré. Y es que
el festival numantino desembarca en Madrid para proyectar cuatro cortometrajes
de su XX palmarés. Excelentes historias cortas entre las que se encuentra Cerdita, que recibió el Premio Goya al
Mejor Cortometraje de Ficción y Fauve,
nominado a los Premios Óscar de este año. Una presentación a lo grande con la
colaboración de la Plataforma Nuevos Realizadores, la asociación de cine que
otorgó el Premio Ópera Prima en su vigésima edición durante la gala de clausura
en el Palacio de la Audiencia.
Después
de la proyección, los espectadores podrán participar en el coloquio “La
importancia de las sinergias entre festivales de cine” donde intervendrá el
director del Certamen Internacional de Cortos Ciudad de Soria, Javier Muñiz,
junto a los directores de destacados festivales como son el de Clermont
Ferrand, ALCINE, DOCUMENTA Madrid o el Festival de Cine de Madrid. Se trata del
primer encuentro entre certámenes cinematográficos para revitalizar el sector.
Sin duda, vivimos en un mundo
cambiante donde las transformaciones ocurren, cada vez, a una mayor velocidad.
A esto se suma la crisis que hemos atravesado durante varios años y que tanto
ha afectado a la cultura y, en especial, al mundo del cine, así como la
aparición de nuevas tecnologías que parecen competir con las salas de
exhibición y, por ende, con los festivales de cine. Por eso, si los certámenes
no se reinventan, si no ofrecen contenidos y experiencias nuevas que aporten
algo diferente al espectador, me temo que muchos terminarán desapareciendo. Y esta es una oportunidad espléndida
para celebrar la magia de las películas, dar a conocer el festival soriano en
Madrid y, de paso, brindar por treinta años más de Cine Doré.
Artículo publicado en El Día de Soria. Puedes leerlo aquí.
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