Mi querido amigo y actor Tony Leblanc Junior nos dedica
unas palabras sobre el trabajo que estamos sacando adelante, el largometraje
documental Bienvenido Mr. Heston. Tony,
muchas gracias por tus palabras y por recordar, de vez en cuando juntos, a
nuestros familiares que dedicaron su vida a la interpretación.
“Qué maravilloso puede ser el experimentar las profundas
emociones que logra provocar Bienvenido Mr. Heston antes de visionar la
producción. Conformándonos nada más con la sinopsis podemos disfrutar de una
serie de sentimientos que solo con el prisma del tiempo se consiguen alcanzar.
Esta obra conjunta de Pedro Estepa y Elena Ferrándiz me
recuerda a esa colección de muñecas rusas que llevan al clon en su interior, en
las que el tamaño puede llegar a variar, pero la intensidad de su belleza
permanece en cada una. No puedo evitar trasladarme en el tiempo e imaginar el
nacimiento del embrión que detona la gestación del documental y con la rapidez
que fueron tomando forma los valores esenciales que sostienen al séptimo arte.
Qué legítima frustración siento al no haber intervenido
en la producción, aunque hubiese sido solo para llevar los cafés, pues me
hubiera permitido ser testigo en primera fila de esa maravillosa tierra de
Castilla en la que se enclava Torrelobatón y escuchar los testimonios de sus
habitantes recordando esa experiencia inolvidable que supuso el rodaje de El
Cid.
Cómo hubiese disfrutado mirando a los ojos de Fraser C.
Heston mientras hablaba de su padre Charlton Heston, pues me recordaría los
tiempos de mi infancia en la que su imagen era un referente de fantasías y
heroísmo. Esos tiempos de privilegio cinematográfico que disfrutó mi
generación, pues solo en mi barrio teníamos a nuestra disposición, en programación
doble y en sesión continua, las mejores películas en los cines Roma, Covadonga,
Morasol y López de Hoyos. Contribuyeron a prolongar la formación
moral que recibíamos de nuestras familias.
Cómo me hubiera gustado compartir una sobremesa junto a Gil
Parrondo para comentarle la anécdota de mi padre que acudió un día a presenciar
el rodaje en exteriores junto a unos compañeros de profesión y se quedaron
alucinados al observar que la escena la filmaban tres cámaras al tiempo,
tirando metros y metros de película, cuando ellos estaban acostumbrados a
escuchar del director de turno: “chicos tiene que salir la escena a la primera,
para aprovechar el celuloide que nos queda”.
Aunque he podido disfrutar de la voz de Andrea Bronston
en múltiples ocasiones, hubiese sido maravilloso escuchar sus testimonios
llenos de orgullo y cariño hacia su padre Samuel Bronston y poderle trasmitir
mi gratitud sincera por la aportación incomparable que realizó su padre en esos
difíciles y maravillosos tiempos.
Qué feliz hubiese sido llevándole los cafés a César
Maderal y poder acercarme a la magia que disponen los directores de fotografía.
Magia siempre acompañada de una gran humanidad, como puedo testimoniar después
de compartir momentos cercanos con genios como Pepe Aguayo, Juan Mariné y Tote
Trenas, entre otros muchos.
Que estas palabras sirvan de ánimo a todo el equipo técnico y a todos los
que han formado parte de este proyecto liderado por Pedro y Elena. Dice el
refranero popular que en el pecado está la penitencia y, por la misma
interrelación, considero que en todo el esfuerzo, talento y amor a vuestra
profesión expuesto en esta obra reside vuestra recompensa. ¡¡ENHORABUENA!!”. (Tony Leblanc Junior, actor).
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