Un 10 de agosto llegué para
quedarme. Algunos dicen que para dar guerra. Otros hablan que para dar amor. No
sé. También se comenta que en el justo medio está la virtud. Y eso es lo que
intento.
Los años pasan y la vida con ellos.
Y lo peor (o lo mejor) es que me arrastran hacia algún sitio que no conozco. La
vida se escapa a cada paso que doy. En contraprestación mis manos y mi cabeza
se llenan de experiencia. Me da igual o quizá no.
¿Qué es lo mejor de todo? Pasar el
tiempo con las personas a las que quiero, con las que disfruto con cada gesto,
palabra y sonrisa. La cara amarga del tiempo se vuelve dulce con mi familia,
amigos y “personas especiales”.
Es en este momento cuando miro al
horizonte y respiro profundo: gracias a todos vosotros.
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