miércoles, 20 de marzo de 2013

¿Cine independiente en España?





En primer lugar, hay que definir lo que es y significa el cine independiente, ya que según para quién este tipo de cine es una u otra cosa. 
Para mí, cine independiente es aquel que cuenta con un presupuesto bajo, que no espera una financiación de grandes productoras ni subvenciones. Quizá, por este motivo, el autor es más libre en el planteamiento y desarrollo de su historia. Puede jugar y probar con las herramientas que tiene a su alcance, es decir, experimentar y llegar a una técnica más apropiada para mostrar los sentimientos que quiere que su película destile; algo que no se pueden permitir las grandes producciones destinadas a satisfacer las ganas de ocio de los espectadores.

De la misma forma, esta producción se presta a la libertad en todos los sentidos: formato, duración, técnica de grabación. Una realidad que ha ayudado en los últimos años a la producción independiente es el desarrollo de las nuevas herramientas y el perfeccionamiento del vídeo. Las cámaras digitales, los sistemas de grabación de sonido y la iluminación, cada vez más económicos y de mayor calidad, permiten a los profesionales, aprendices y gentes interesadas en contar una historia realizar y producir su película. 

Por estos motivos, creo que hay tanto cine independiente en España como autores existen. Muchos directores/directoras crean sus historias e incluso llegan a producir su película (ya sea largometraje o cortometraje) pero no encuentran salida a su creatividad. No existe o no se fomenta la exhibición de este tipo de cine. Por lo tanto, en España existe cine independiente pero, por el contrario, no hay un sistema de distribución/exhibición mínimamente desarrollado. 

El problema de esta situación va mucho más allá de los sucesivos gobiernos, leyes y toma de decisiones; estos tres ejemplos son solo las consecuencias de no haber tenido en cuenta un aspecto fundamental hace décadas: la educación. La complicación se encuentra ahora al no haber formado a las personas en el arte y la creatividad bajo unos valores estrictos de tenacidad y esfuerzo. No nos han educado para reflexionar, para experimentar, para generar. Nos han educado en lo práctico, en lo material, económico y útil; en la rapidez estúpida de lo efímero y vacío de contenido. En definitiva, no hay una cultura del arte reflexivo en España. 

Por lo tanto, ¿quién va a invertir en arte o cine en nuestro país? La nueva Ley del Mecenazgo, impulsada por el Gobierno de Mariano Rajoy, será bien acogida siempre y cuando los mecenas/empresarios no destinen solo el capital a grandes proyectos cinematográficos basados solamente en la utilidad fugaz del ocio, sino en la gran oportunidad que se les presenta para cambiar el rumbo de la cultura en nuestra sociedad. Todo esto dando por descontado que los mecenas particulares crean en la importancia de la cultura como valor de desarrollo de la persona y como bien económico que contribuye al progreso de nuestra economía. 

Por otra parte, la Memoria de la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales Españoles (FAPAE) 2010 recoge que la facturación de la Producción Audiovisual Independiente de 2008 era de 2.278.000 de euros lo que supone un crecimiento anual del 9 por ciento con respecto al año anterior. Estos datos muestran no solo la existencia de un cine independiente en España sino el crecimiento de su producción año tras año. La pregunta que surge es si todos los productores independientes de nuestro país están representados en FAPAE. 

Como he dicho anteriormente uno de los mayores problemas es el de las ventanas de exhibición de este tipo de cine. Son casi inexistentes los canales a través de los cuales los autores pueden hacer llegar sus obras a los espectadores. Por este motivo, desde la Plataforma de Nuevos Realizadores trabajamos, desde hace más de veinte años, por mantener y mejorar el Festival de Cine de Madrid-PNR. Un festival que se caracteriza, precisamente, por apoyar y fomentar el cine independiente. Un cine que utilice las nuevas tecnologías y se apoye en ellas para transmitir las sensaciones que el autor desea. Un cine que experimente en la forma de contar las historias y con los formatos.

Un cine independiente no significa un cine de menor calidad, simplemente una forma diferente de hacer cine. Apoyemos, por lo tanto, la diversidad y el arte de contar.

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